Pues nada sigo con el libro de texto, el dibujo de arriba es un fragmento de una de las ilustraciones. No la pongo entera para no herir susceptibilidades editoriales (por si acaso), pero puedo decir que me quedé muy contento con ella.
Últimamente voy a la piscina, en realidad de momento solo he ido dos veces, como forma de combatir la vida sedentaria del dibujante... que me crujen más los huesos que a mi abuelo...Conste que no es para ponerme cachitas como elfelix (mirad en los links si es que no lo conoceis aun), aunque a mi tripita cervecera no le iría mal.
Y he notado cosas, cosas que la gente que va a gimnasios y sitios así seguramente ha notado antes que yo.
Los vestuarios de hombres.
Sí, todo el mundo dice no tener pudor, e intenta demostrarlo poniéndose en pelota picada, pero debajo de esa mascara de cordialidad naturista hay muy mal rollo. La gente va con el ceño fruncido, y hay mucha tensión, un mensaje en el aire "como me mires la polla te crujo mariconazo". Es cierto, os lo juro.
No es que yo pensase que los vestuarios de hombre eran saunas griegas, con hombres aceitados, depilados con sus miembros enhiestos pasándose el jabón. Aclaro, tampoco me gustaría. Pero digo yo, si no estás cómodo en pelotas pues dúchate con bañador, o tienes miedo qué la gente piense que eres un rajado o qué la tienes pequeña? Porque ese miedo cerval al desnudo en comunidad esconde algo subconsciente, algún tipo de trauma, fijo.
Y tampoco es que yo vaya por ahí dando brincos, balanceando el aparato, pero por lo menos no voy de mala hostia.
Y es que cuando estoy en los vestuarios soy incapaz de levantar la vista no vaya a ser que alguien me casque por pensar lo que no es.
Seguro que en el de chicas no pasa lo mismo... preferiría cambiarme allí (por esta y otras muchas razones, jujuju).
2.3.05
Unos largos... (y otros no tanto)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario